A principios del siglo XX inmigrantes europeos con afanes de prosperidad y trabajo arribaron a la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Entre ellos se encontraba Don Giussepe Zunino Martini, quien fundó en el puerto de Guayaquil una ferretería que hasta la actualidad continúa funcionando en manos de sus descendientes. Dicho emporio de trabajo fecundo hizo de la jornada diaria un evento de dignidad para el ser humano en pos de mejores tiempos.

Con el pasar de los años en 1955, Pablo Samuel Zunino Guzmán (padre), importó desde Alemania una máquina tricotosa tejedora de alambre con la que se fabricaron los primeros estropajos de aluminio, lo cual marcó el inicio de lo que es hoy en día Industria Solex. Para el año de 1982 fue construido un galpón industrial en el sector conocido como Vía Daule, al norte de la ciudad; donde se instaló una máquina de lana de acero que junto a las máquinas de estropajos de aluminio dieron poder y dinamia a la fabrica, desde ese suceso en adelante comenzó el crecimiento vertiginoso fruto del esfuerzo diario.